El 8 de noviembre del 2014, junto al grupo de intrépidos aventureros de la Agrupación Excursionista Nuevos Horizontes llegué al parqueadero del Cotopaxi, donde después de admirar el atardecer descansamos hasta la media noche.
Preparada con el equipo necesario, junto a Martha Salazar y Sandra Cevallos, mujeres con experiencia en alta montaña seguras y sobre todo entusiastas en lo que hacen, formamos una de las cordadas e iniciamos esta nueva aventura. Fue un privilegio ser parte de la cordada formada únicamente por chicas.
Llegar a la cumbre nos tomo aproximadamente 7 horas, en el camino la Marthi iba primera dando pasos firmes tras la huella que dejaban las cordadas. En ocasiones fue necesario rebasar algunas cordadas por el frío y las ganas de llegar. Yo iba segura entre mis dos compañeras, la Sandri iba al final de la cordada dando instrucciones claras, pude sentir el compañerismo y la confianza que me proporcionaban.
Cada paso nos acercaba a cumplir el objetivo propuesto y fuimos superando la altura. El calor del sol ya se podía sentir y los colores del cielo adornaban el paisaje y al llegar a tan esperada cumbre nos encontramos rodeados de volcanes y concuerdo con algo que dijo la Marthi, estuvimos «caminando entre nubes….muy cerca del Cielo».
Con el mismo entusiasmo y el corazón lleno de satisfacción volvimos a casa habiendo cumplido una meta propuesta en la Agrupación: «tener una cordada femenina en el cotopaxi».
Con esta maravillosa vivencia me queda el deseo de continuar haciendo alta montaña formando parte de una cordada de chicas y motivo a que otras continúen entrenando y se junten a esta gran experiencia de disfrutar de «la mejor pasarela de una mujer… el camino hacia la cumbre».
Por: Anny Maldonado