“Arriesgarse, apostar con incertidumbre, confiar, lanzarse al vacío, son características comunes de quienes no temen al éxito”

Gran satisfacción trae a mi vida ver como el temor al éxito cada día se va aplacando, no ha sido fácil como lo era el quedarse inmerso en “la rutina que mata el alma”.

Llegar acá ha sido un constante “salto de fe”, un amigo ilustra la fe como un colchón amortiguador, a medida que la fe crece puedes lanzarte con la seguridad de que te sostendrá, pero si tu fe no es fuerte, ni siquiera te atreverás a saltar.

Hoy con la seguridad de que mi fe está creciendo, me arriesgo a saltar, ser libre, escalar, subir montañas y seguir creyendo que Dios me libró del miedo que tenía y así seguir trabajando en las áreas de mi vida que aun necesitan mejorar.

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