En algún momento años atrás soñaba que en este momento estaría trabajando en una oficina con papeles y personas, ya que estudie  contabilidad en le colegio, aparentemente todo estaba planificado pero comencé  a darme cuenta que mi aptitud no era la de los números ni las decisiones administativas pero mi terquedad no me permitía abandonar la carrera,  sin embargo «me encantaba» quejarme lo mal que me iba en aquella carrera.

Algunos golpes en mi vida me permitieron redireccionar mi rumbo, donde comencé a ser sincera conmigo misma y buscar una carrera donde este de acuerdo a mis aptitudes y anhelos ya que me había dejado llevar por lo que los demás piensan que es una buena y rentable profesión.

Años después con nuevos sueños comencé a estudiar psicología, donde  los primeros años, el camino,  aunque duro era agradable pero la queja constante me  paralizaba ante la cercana meta,  una y otra vez, ahí cuando más cerca estaba de lograrlo me ponía el pie.  Sin embargo no lo abandone completamente a pasos de tortuga seguía, y esta vez mi terquedad me ayudó, no iba a desistir porque sabia que la psicología era una herramienta para cumplir mi propósito de vida ( aliviar a los afligidos), encontrar el propósito tuvo un proceso lo cual me dio mayor seguridad de ir por el camino correcto y de esta manera como «gato encostrado»  llegue a la meta.

Estoy segura que no fueron mis fuerzas sino las de Dios que a través de las personas me movían a llegar a terminar la carrera.

Hoy con el titulo en la mano,  sin razón para quejarme , ya que lo logré!!

Se que la queja puede volverá en otra área de mi vida, sin embargo no dejaré de luchar por llegar a cumplir nuevas metas.