Cuando: ¡La dependencia llega a su fin!

La independencia es un proceso natural del ser humano, pero existen circunstancias que impiden seguir dicho proceso. Pero en el momento de ser conscientes de aquello, podemos desechar en el presente las cosas que estaban bloqueando el paso.

Esto es un arduo trabajo; a mí me ha costado esfuerzo, lagrimas, momentos de desesperación y ganas de evitar el cambio. Sin embargo al probar un poco de independencia, sentir, oler y palpar lo maravilloso de valerme por mi misma, me ha dado fuerzas para seguir el proceso.

Hoy al revisar como va el proceso decidí votar las pequeñas partículas de dependencia que aún quedaban, no puedo negar que: ¡Duele harto! Pero ahora ya consciente de las situación, y tomada de la mano de Dios, me doy cuenta que: «Cuando un proceso se inicia, no hay nada que lo detenga». Y eso me incluye.

Sólo me queda aceptar que el proceso llegó a su fin, no digo que ya sea perfecta, más bien soy consciente de lo imperfecta que soy y gracias a Dios ya no necesito ser la «niña educada» para sentirme amada, ser igual, parecerme o tener las mismas ideas de un «otro». ¡Ahora simplemente seguiré caminando!, tomando mis decisiones, defendiendo mis pensamientos, luchando por mis sueños y aun cuando esté sola o a nadie le importe lo que hago. Eso ya no es esencial porque ahora a la que le importa eso es a mí mismo y por supuesto a mi amado Dios al que eternamente le soy importante, ¡No necesito nada más para vivir!