Un paseo en el carro al mercado acompañando a la mamá y papá de la casa o tal vez de visita a la tumba de la abuelita para correr en el verde prado. No era claro los planes para hoy más no falto el habitual estiramiento de sus cuerpos peludos y un bostezo con pereza, cuando escucharon : Shayna!! Jazz!! Ryta !!
Shanes nos vamos a la montaña!!
Cada uno tiene su perronalidad más el apodo de shanes les recuerda su pertenencia a la manada.
Yujujuy !!!Podrían haber dicho pero su expresión decía más: saltaban, subían, bajaban y sentados en la puerta daban su aprobación de ser llevados a una nueva aventura.
Apenas la puerta fue abierta «patitas para que las tengo» los ladridos respectivos a sus vecinos y a continuar corriendo.
Después de 5 horas de camino llegan corriendo a la cumbre del Atacazo una montaña de 4.463 metros de altura ayudados de sus patas que resultan más efectivas que las mejores botas de montaña.
Al llegar a la mitad de camino y descansar un poco vuelven a casa con el cansancio en su cuerpo y con una gran satisfacción de haber acompañado a su amiga humana a cumplir el reto de día.
Dejan caer sus cuerpos peludos sobre un lugar cómodo para un merecido descanso después de un día de aventura!!